El estoicismo es una escuela de filosofía helenística fundada en el siglo III a. C. por Zenón de Citio. Se centra en la idea de que la virtud—entendida como vivir de acuerdo a la razón—es suficiente para alcanzar la felicidad, independientemente de las circunstancias externas. Los estoicos creen que, aunque no podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos controlar nuestras reacciones y actitudes frente a los eventos.
Entre sus principios fundamentales se encuentran:
Figuras destacadas de esta filosofía son Séneca, Epicteto y el emperador Marco Aurelio, cuyos escritos continúan inspirando a muchas personas en la búsqueda de una vida equilibrada y plena.
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La pérdida de peso de un huevo se explica principalmente por dos procesos físicos:
Evaporación del agua (equilibrio termodinámico):
El interior del huevo tiene una alta concentración de vapor de agua. Debido a que la cáscara es porosa, existe una diferencia de presión de vapor entre el interior (donde la presión de vapor es mayor) y el ambiente externo (donde suele ser menor). Este gradiente impulsa la evaporación del agua hasta que se alcanza un equilibrio parcial. Este proceso es el que se relaciona directamente con el concepto de equilibrio termodinámico.
Intercambio de gases por difusión:
Además del agua, a través de la cáscara se produce el intercambio de otros gases, como el dióxido de carbono. A medida que el huevo envejece, ciertos gases presentes en su interior se difunden hacia el exterior. Aunque este proceso es distinto a la evaporación, también contribuye a la pérdida de masa.
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La dificultad para pelar algunos huevos cocidos se debe principalmente a dos factores:
Frescura del huevo:
Los huevos muy frescos tienen una clara (albumen) con un pH más bajo, lo que hace que se adhiera más fuertemente a la membrana interna de la cáscara. Con el tiempo, el huevo pierde dióxido de carbono y su pH aumenta, haciendo que la clara se separe más fácilmente de la cáscara al cocerse.
Método de cocción y enfriamiento:
Una cocción adecuada y, especialmente, un choque térmico posterior (por ejemplo, sumergir los huevos en agua fría o con hielo justo después de cocerlos) ayudan a que la clara se contraiga, facilitando el desprendimiento de la cáscara.
Por ello, para facilitar el pelado, es recomendable utilizar huevos que no sean extremadamente frescos y aplicar una técnica de cocción que incluya un enfriamiento rápido.
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